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Javito

bueno, esta es una reflexion de nuestro amigo javito:

¿Por qué?

Es bastante común que ante alguna duda sobre nuestras constantes decisiones diarias nos detengamos a reflexionar algunos segundos preguntándonos sobre los por qué y para qué de nuestras cosas. Nunca creí que pudiera haber algo de malo en este frecuente hábito hasta que me topé con un personaje sin par al cual estas inquisiciones lo invadían segundo a segundo ante cualquier insignificante resolución. Desde mi propia experiencia personal considero que no hay consejos como los que brinda nuestra conciencia pero cuando este ente regulador está extralimitado, el asunto empieza a desfigurarse hasta llegar a niveles sorprendentes. A Martina Paredes cada pregunta le surge como consecuencia de cualquier cotidianidad, y este interrogante no sólo espera ser respondido sino que dispara más y más signos de interrogación que se desprenden como gotas de miel de una cucharada demasiado cargada. La primer esfera dorada, que en su lenta caída todavía duda sobre si desea separarse del resto de la empalagosa sustancia o no, se empieza a alargar perezosa e irremediablemente. Ya dejó de ser una esfera para convertirse en una esbelta lágrima que siente como el único vínculo que la une con el resto de la miel se adelgazada con precipitada rapidez. Siente un tropel de compañeras que la empujan y sabe que a consecuencia de su desprendimiento muchas otras gotas la seguirán. La seguirán por algún extraño lazo de amistad que las fraterniza con la compañera caída, o por algún extraño fenómeno físico referido a los fluidos viscosos. No importa porqué, lo importante es que irremediablemente caerán muchas gotas más. Y en este punto es que hacemos una retrospectiva y empezamos de nuevo, porque a mi no me interesa demasiado averiguar el porqué caerán muchas gotas más, pero a Martina Paredes esto no hará más que precipitarle más y más preguntas.
Y este desplome de preguntas se prolonga hasta que cae la última y pesada gota que pregunta si ha sido válido plantearse la pregunta original. Y este desplome de preguntas se prolonga hasta que es imposible interactuar con el mundo por una eterna indecisión.

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