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otro de texto del santi...

Juntos
Tengo el recuerdo prestado de un abuelo. Recuerdo es una forma de decir, por que al fin y al cabo no pude conocerlo, y lo tengo prestado por que en realidad no es mío sino de mi madre quien tuvo que empezar a usarlo, a su manera, cuando apenas tenia quince años. El recuerdo de mi abuelo es liviano, apenas tiene cuerpo y logra deslizarse de mi con facilidad. Me abandona y vuelve a encontrarme con la sorpresa anticipada de las lluvias; yo intento evocarlo entero a pesar de las grietas, de no haber escuchado su voz, ni haber sentido sus manos.
En el cajón de una de las mesas de luz de la casa, hay una foto que lo restaura. Se lo ve arriba de un descapotable antiguo en algún paisaje incierto de montañas. Ahí esta, parado sobre el suelo del auto con la mitad del cuerpo sobresaliendo del parabrisas como un actor de cine y la mirada que se le pierde mas allá de los gastados bordes del papel. A veces pienso que él también pudo haberme buscado en el tiempo, sospechando hacia delante la imagen de un nieto que todavía no era. La idea me atrapa, me fascina, me envuelve. Por que entonces, si alguna tarde, yo retrocediera para buscarlo por mi memoria, recuerdo prestado, y él se hubiera esforzado por alcanzarme en las nubes de su porvenir, entonces, tal vez, podríamos asistir ambos, en alguna galería de siestas tibias, a una de esas imposibles reuniones de viento.

1 comentario

piti -

yo también tengo recuerdos prestados...cómo no recordar a través de esos olores que nunca sentimos, a través de algún tango que escuchamos demasiado tarde...siempre me dicen que através de cada paso que arrastro y que tanto irrita a todos se respiran sus ojos azules.